Me Cogio una Mujer.
Estaba en la playa con algunos amigos en las vacaciones de diciembre, todos estamos muy contentos por la llegada del año nuevo, había tenido una racha muy mala este año, la verdad, es que ellos me habían invitado para poder pasar un rato muy alegre y distraerme de todo lo malo que había sucedido.
Al despertar en mi primer día, todo era maravilloso, la vista hacia la Bahía de Acapulco era excepcional, honestamente nunca había tenido una vista tan linda de la Bahía como ese día, aunque ya me había quedado en algunos hoteles de 5 estrellas, lo peculiar y lo particular de esta visita, era que asistía con mis amigos que son mi familia y podía ser yo sin ningún problema, dormí totalmente topless sin preocuparme lo que fueran a decir, pues ellos también andaban en short y bóxer mientras yo tenía puesta una diminuta tanga que solamente cubría lo necesario, no tenía por qué preocuparme ya que ellos me respetaban al máximo.
Después de desayunar nos dispusimos ir a la playa ya con traje de baño puesto y después de habernos dado una ducha nos dirigimos hacia Puerto Marqués qué más qué ser gay es una zona comercial muy familiar y es una playa donde puedes ir a bañarte sin casi olas y con una marea demasiado baja tan baja que en ocasiones pareciera ser un espejo de agua o una gigantesca alberca, el lugar es espléndido, el desayuno es tan exquisito y tan fresco todos sus productos que la verdad es que no quieres que se acabe cada uno de los platillos que van sirviendo. En el lugar en donde estamos desayunando nos ofrecieron que pasáramos a la playa, el servicio era magnífico y los lugareños te llenaban de productos a la venta que honestamente eran tan hermosos que no sabías cuántos llevarte, adquirimos algunos como recuerdos para nuestros seres queridos.
Nos metimos a nadar al espejo de agua, todo era hermoso podíamos ver algunos pequeños pececillos entre nuestros pies ya que el agua era tan cristalina qué aun casi cubiertos de agua, podrías ver el fondo y la arena, uno de mis amigos nos hacía señas que regresáramos a la orilla, en la orilla, estaba con algunos familiares que nos presentó, sus familiares venían con algunos amigos, mayormente mujeres muy jovencitas (entre los 20 y los 25 años), ahí fue donde conocí a Mariela, era una joven extranjera que por primera vez visitaba el puerto de Acapulco, su español era perfecto, aunque podía notar su acento extranjero al arrastrar las palabras, ella ya conoce a varios lugares de México y estaba enamorada de cada uno de los rincones como cualquier otro extranjero que se enamora de todo lo nuestro, charlamos y tomamos cerveza, mezcal y mayormente tequila, lo cual a mí regularmente siempre hace que me duela la cabeza así que no tome más allá de dos caballitos, ella sin duda tenía más experiencia con la cerveza, cuando estamos platicando me reveló que su procedencia era de Alemania y que se hace llamar Mariela porque se lo escuchó a una niña en uno de sus viajes cuando su madre la llamaba, su verdadero nombre no lo podía pronunciar así que la verdad nos moríamos de la risa los dos tratando de hacer que yo lo pronunciara de manera correcta. El día paso totalmente alegre y por fin llegó la noche, seguimos la fiesta y tuvimos que retirarnos del lugar ya que cerraban a las 8 pm, nos invitaron a la casa que habían rentado muy cerca de ahí, yo la verdad ya no quise tomar más porque soy muy mala con las copas, mis amigos estaban tan tomados que decidimos que nos quedaríamos ahí por esa noche, finalmente tenemos tiempo y todavía no sería el año nuevo para ver la vista hermosa desde el departamento que había retado uno de mis amigos, la noche fue avanzando y entre jugueteo, risas, alcohol y muchas experiencias agradables, los familiares de mi amigo eran súper amenos y no se digan las chavas, eran súper fiesteras, Mariela y yo seguimos platicando de cosas tan cotidianas sobre el país que pareciera ella más mexicana que nosotros, me sorprendió todo el conocimiento que tenía sobre nuestra cultura además de conocer muchas ciudades que ni siquiera yo conozco, su grado de inteligencia y su grado de ser tan amena realmente me parecieron sumamente agradables, es una mujer hermosa, cuando empecé a observarla, me di cuenta de su belleza física, la jovencita tenía unos ojos verdes esmeralda tan profundos que parecería que estabas viendo una Gema, unos arcos en ceja perfectos, unos labios raramente carnosos Rosa o más bien, podría describirlos como coral, unas pestañas abundantes y largas negras totalmente que hacen resaltar lo verde de sus ojos con unas pequeñas pequitas que le adornaban debajo de ello sin ser muchas como para decir que se las tenía que quitar, su cabello Rubio pero no es el rubio dorado corriente que regularmente muchas adquirimos cuando nos teñimos, era un Rubio tan puro qué parecería que tenía entrelazados hilos de oro, le brillaba perfecto con ese tono perlado que tenía en la piel, pues no sea bronceado absolutamente nada, tenían apenas un día de haber llegado, su piel parecía tan tersa y tan perfecta que no tenía un solo poro en cada uno de los centímetros de su cuerpo. Le encantaba el calor que se sentía ya que de su país podía decir que era frío, nos pusimos a hacer algunos juegos y con algunos castigos de una manera muy curiosa las chicas nos ponen castigos cómo darles besos o hacer los jugueteos, se me hace muy chistoso porque Mariela siempre buscaba la manera de estar cerca de mí, me cayó muy bien, creo que podemos ser muy buenos amigos.
En una de esas nos tocó besarnos, la verdad fue algo muy raro porque cuando me besó sentía sus labios muy entregados a parte de que totalmente suaves como si mordieras dos gomitas y el sabor de su saliva estaba aderezado con un poco de alcohol pero sin saber qué feo, ya sabes, de esas veces que perfectamente puedes entender que esa persona no tendría mal aliento al despertar. Poco a poco todos se fueron a dormir, en la parte de atrás de la casa que era bastante grande es donde se encontraban pequeñas cabañas para las visitas y la alberca. Ya era de madrugada, algunos de mis amigos se quedaron dormidos a la orilla de la alberca y cada una de las chicas también empezaron a irse a sus habitaciones, Mariela me dijo que me quedara con ella, estaba en una de las cabañitas más pequeñas por así llamarlo, a ella le gustaba más la privacidad y no le importo que fuera pequeño el espacio pero lo tenía absolutamente todo. Con el sueño de la madrugada las dos quedamos tendidas en la cama, despertamos muy temprano eran algo así como las 9 de la mañana, todos seguían dormidos seguramente, Mariela y yo no nos encontrábamos tan cansados porque no tomamos tanto, empezamos a platicar sobre cosas triviales mientras seguíamos acostadas, ella se recostó sobre mí lo que fue muy chistoso y a diferencia de otras veces no me sentí para nada incomoda al contrario, era una sensación cálida, subió su pierna sobre de mí y se dio cuenta que tenía una erección, me dio un poco de vergüenza, yo exclamé… ahorita no estoy tomando hormonas y la verdad en la mañana me molesto porque me pongo así, te pido una disculpa.
Ella solamente me sonrío cuando me dijo: Déjame ver…
Regularmente suelo enojarme y retirar la mano de quien quiere tocarme cuando es una mujer, pero con ella era diferente, era como si yo le dijera alguna amiga que se acababa de operar que me dejara tocar sus bubis, cuando me tocó, empezó a masturbarme, se empezó a reír y me dijo: Oye, está lindo el campeón.
Se me quedó viendo y se sonrojó, solté una carcajada que yo creo podía haber despertado algunos de los invitados que estaban en la casa, ella me miró de una manera tierna y muy extraño y cuando menos nos dimos cuenta ya nos estábamos besando, era raro además de muy excitante, no sé porqué pero no me molestaba nada lo que estaba pasando, antes de dormir nos duchamos estaba fresca olía a jabón el aroma de su piel y cuando empecé a tocarla era tan suavecito como si tocaras una muñeca de porcelana o más bien como cuando tocas un juguete de silicón pero no de esos baratos sino de los cuales tienen textura y son tan suaves que parecen irreales, toque sus pechos, eran pequeños como los míos, pero preciosos, me encantó porque teníamos mucha simetría Y pareciera que a las 2 nos hicieron a la par, ella me dijo, “Déjate llevar” y la verdad en ese momento nada importó, me sentía demasiado agusto y aparte sentía una cálida sensación en mi cuerpo que me invitaba a seguir con la experiencia, excitándome más a cada momento, empecé a tocar sus nalgas y sus caderas, era hermosa, era la mujer que yo hubiera querido ser al nacer y eso me resultaba totalmente excitante, cuando sentí su cintura porque se subió encima de mí para besarme, la mire directo a los ojos, ella sonrió y me dijo; te imaginas¡, qué lindos sería nuestros hijos con tus ojos azules y mis ojos verdes.
Fue entonces cuando iba a soltar otra carcajada y ella me callo con sus besos, obviamente sabía que mis ojos de color no eran azules sino marrón, pero aún así hizo la broma como para relajarme un poco más y seguir con la experiencia candente. Pude sentir esa sensación tibia que tiene el pubis de una mujer cuando está excitada, ese calorcito qué sientes como si fuera supurar vapor, así como si fuera una plancha que fuera a soltar el vapor cuando ha llegado a su punto exacto, dirigí mi mano a sus muslos para verificar que estaba en lo cierto, cuando acerqué a mi mano a su vulva, el calor era más intenso, sólo podía sentir sus gemidos callados por mis labios, mientras la seguía besando decidí no aventurarme más en ese momento y subir mis manos de acariciar sus nalgas las cuales se sentían como si fueran unos bombones suavecitos con textura pero en sin ser aguados, ella definitivamente se veía que hace ejercicio, pero del ejercicio que hace a las mujeres toscas, sino de ese ejercicio que las deja firmes, después de besarla y acariciarle los pechos, me decidí a chupárselos, tenía suficiente entendimiento y práctica como para saber cómo besarlos, primero por encima y después acercándome poco a poco a su aureola con movimientos circulares con mi lengua y apretujado poco a poco la piel con mis labios sin ser demasiado tosca, fui sintiendo como sus pezones erectavan con cada uno de mis caricias, ella estaba totalmente excitada, de repente podía sentir la humedad sobre mi pene, no me molestaba en absoluto y lo que les puedo jurar que me encantó, fue que no tenía ese olor desagradable que me había tocado percibir en algunos encuentros swinger, donde ni de chiste quería acercarme a las mujeres porque no tenían aseo y aunque a muchos les gustan esos olores fuertes corporales, a mí la verdad simple y sencillamente no me van ni en un hombre, además de que nunca me he considerado bisexual, mi interés por una mujer nunca había llegado a ser como en ese momento que quería seguir adelante, que quería seguir tocando, que me encantaba saber que se estaba excitando conmigo, porque además, ella me veía de una manera que nunca antes alguien me había visto y me encantaba, era como si alguien me estuviera poniendo en un altar y me viera con una endiosamiento que no había tenido antes o que no había experimentado, su vulva estaba tan caliente que me encantó sentir como poco a poco sus labios estaban rodeando el tronco de mi pene, sentía humedad tibia y cálida sobre mí, fue una sensación que jamás había experimentado, yo la verdad me preocupe un segundo, pero la verdad sus besos eran tan cálidos, tiernos, apasionados y entregados, que no podía molestarme absolutamente nada, su monte Venus estaba tan perfectamente bien depilado que era suavecito, cuando empecé a pasarle mis dedos por encima era como si no tuviera un solo pliegue, abrí un poco su vulva para descubrir sus labios eran tan suavecitos y tan tercios que la verdad el estar jugando con ellos me hace sentir una mayor excitación, podía sentir que mi erección cada vez era más fuerte, de momento me dijo; “quiero mamártela”, se me salió una risa de nervios porque la verdad anteriormente ya lo había intentado y perdía la erección, las mujeres que me habían tocado fueron burdas y como no tenía una conexión con ellas la verdad es que la perdía en segundos, pareciera que sus labios correteaban mi erección que se iba perdiendo con cada acercamiento de ellas, empezó a besarme también los pechos, los tomaba con una suavidad y con una calma que era muy diferente cuando un hombre te toca, simplemente era diferente y me encantó, me sentía tocada con mucha pasión, cuando llegó a mí pubis temía tanto que fuera a perder la erección, que mi cuerpo temblaba, ella empezó a besar mi glande y fue todo lo contrario, puede sentir como la rigidez en mi pene era mayor, ella estaba encantada me sonreía con cada chupada y con cada beso que me daba entre las ingles pasando a los testículos con su lengua suave, tersa, no dejaba de chupármela y decirme lo rico que estaba, yo estaba sorprendida, regularmente con ese nivel de excitación me vengo rápido, pero recordé que me había tomado algunos alcoholes, y creo que eso me ayudó bastante, después se recostó en la cama y me dijo “ven”, yo me subí en ella y La besé, mi cabello caía sobre casi su cara pero nos hacía como una pequeña casita dónde nos miramos fijamente mientras nos besamos, su nariz era perfecta, no era la típica nariz pequeñita de una transexual operada, era tan finita y cuadradita que la verdad estaba maravillada con su cara, sus pómulos eran preciosos, me encantaba acariciarla y tomarla de la cara para poder besarla profundamente, me atreví a bajar para intentar darle sexo oral, aunque temía el aroma a mariscos descompuestos fuera pasar como algunas otras ocasiones que había intentado hacerlo o cuando alguien estaba teniendo sexo cerca de mí en algún orgía y me llegaba ese olor tan desagradable que obviamente no era por otra cosa más que por falta de higiene, al ir cada vez más cerca, el aroma era dulce, como el que alguna vez alguna de mis amigas desprendía y yo le decía que olía súper rico, me puedo recordar todavía de ella, se llama Erika y olía como a duraznos en almíbar ese aroma dulce que cuando abres una lata de esta conserva te llega a la nariz aunque te encuentres a unos metros, con toda confianza empecé a buscar su clítoris, la verdad sin ninguna idea de por dónde empezar, de manera increíble pude encontrarlo, pues ya había manoseado algunas otras chicas que les había ayudado con estimulación cuando sus maridos me pedían que les ayudará, empecé a besarla por encima abriendo sus labios para sentir su pequeño y diminuto clítoris el cual ya estaba suficientemente duro como para no encontrarlo (no entiendo como algunos hombres no dan con ese punto) empecé a besarla y no me sabía a nada, no era absolutamente nada desagradable, podía sentir como sus labios se estremecían con mi lengua, lo tocaba de manera suave, lo masajeaba como si fuera un pequeño pene al cual estuviera dando placer y ella simplemente hacia algunos gemidos retorciendo su cuerpo indicando que todo estaba bien, yo seguía con erección lo cual me estaba gustando bastante porque para tener una experiencia de este tipo y no haberla perdido era excitante, cuando menos no me di cuenta, empezó a ponerse todo tan húmedo, qué temía que todo eso me fueras a ver mal, pero la verdad, el sabor era tan rico, exactamente como hubiera esperado que hubiera sucedido algunas otras ocasiones, era dulce y el olor y el sabor a duraznos en almíbar se me pasaba por el paladar ,que rico¡ que deliciosa experiencia, quería meter la lengua más allá de lo que podía, se sentía su humedad y su calor rodeando mi lengua y con cada gemido que daba me invitaba a que la abrieron poco más, con uno de mis pulgares seguía masajeando su duro clítoris de una manera suave, como si supiera que hacer (era muy curioso porque nunca me hubiera imaginado que pudiera hacer esto y que además ella estuviera disfrutando de esa manera), su cuerpo me lo decía, sus pezones no podían mentir, erectos y totalmente duros, empecé a besar más profundo abriendo sus labios, al echar un vistazo,
era totalmente rosita el panorama, no me pareció nada desagradable, era una imagen deliciosa, excitante, dando de gemidos, me pidió que la penetrara, yo le dije “Oye, pero tal vez “y solamente me dijo “penetrarme” Olvídate de todo y hazme sentirte, me dispuse a penetrarla, me acerqué poco a poco y sentí como rodeaba ese calor húmedo a mi pene, al ir entrando en ella no me importo nada, no pensé nada, se me fue absolutamente todo en tan sólo verla a los ojos excitada respirando agitada con un sonrojo sobre sus mejillas como si fueran dos duraznos bien maduros, la sensación de calidez y humedad y la lubricación que tenía era deliciosa, no era ese clásico apretamiento ahogante que tiene el ano, no era más bien una sensación como cuando te están dando una buena chupada vienen salivada, pero además con calor y con una sensación esponjosa alrededor de todo tu pene, seguramente tú que estás leyendo sabes perfectamente lo que me estoy refiriendo, cada vez que la estaba penetrando tenía las ganas de darle más fuerte, ella gemía, no dejaba de decirme lo rico que estaba y que estaba cumpliendo una de sus más grandes fantasías, que desde hace más de una década había tenido en mente, yo solamente sonreía y le preguntaba si se encontraba bien, ella mientras se sonrojaba y me decía solamente no pares, me está encantando, yo acertaba con la cabeza y me acerqué a besarla, era rico, era delicioso y el sabor que me quedaba en los labios de su vulva, me invitó a sacarle mi dura y erecta verga, para bajar a chuparle de nuevo su deliciosa vagina, qué delicia, estaba totalmente escurriendo, podía sentir todo su ser embarrado en cada centímetro de mis labios y de mi boca, el aroma que me llegaba a la nariz era riquísimo, de nuevo la empecé a penetrar y aunque me hubiera gustado cambiarla de posición, su cara era tan preciosa que no quería perderme cada gemido que hacía y cada gesto de placer que me regalaba con cada estocada de mi pene, así pasamos un buen rato, no podía creer que había durado tanto, empecé a masturbarla con la mano y posterior ella empezó a tocarse, empezó masturbarse, acariciarse sus pechos mientras agitaba el área exactamente dónde estaba su clítoris y me dijo “yo lo voy a hacer me quiero venir, ya estoy muy excitada”, sentí como me apretaba y me soltaba la verga, creo que los dos estamos muy excitados, de pronto empecé a sentir algo caliente, yo le dije, ya no voy a poder más me voy a venir, me voy a venir, deja te la sacó y ella me dijo,” no”, cuando estaba a punto de salirme, mi pene se quedó a la mitad y empecé a eyacular, porque ella me jalaba hacia su vagina y podía sentir cómo me apretaba, empecé a venirme tan rico que sentía que se me vaciaba el cuerpo desde la cabeza hacia el pene, no pude evitar un gemido fuerte, ella solamente me dijo; vente en mi chiquita, me encantas, quédate así por favor, se siguió masturbando y entonces sentí más fuerte esa calidez y me empezó a apretar tan fuerte y lo más rico es que no había perdido la erección aunque estaba muy sensible, la vi disfrutando que no me quise retirar, no la quería interrumpir, sentí algo húmedo que rodeaba todo, todo, todo, mi pubis el cual empezó a escurrir un líquido, no de manera abundante, no como las corrientes películas pornográficas, pero si un líquido que empezó a escurrir, ella me dijo; tenía tantas ganas de venirme desde hace rato, pero quería sentirte, no quería que pararas, yo le sonreí y la besé, me acosté al lado de ella, yo estaba con una sonrisa inexplicable y con una alegría de haberle dado placer a una persona con la que había pasado un momento tan rico, ella solamente me decía, los echaste muy afuera, creo que se me van a salir, en esos momentos fue cuando me cayó el veinte y le dije cúmpleme la fantasía de dejar que te escurra y me dijo, no, los quiero tener dentro de mí, yo le dije déjalos escurrir, solamente se puso flojita y suspiró y mientras me veía, me dijo; Mira cómo me escurre, estaba escurriendo todo el semen, no me había preocupado de nada hasta que me cayó el veinte de que el embarazo puede suceder, y dije bueno, y así sucede, ni modo. Sonreí con ella y le dije espero que te hayas tomado tu pastilla, porque sino imagínate, vamos a hacer dos mamás muy raras, soltó una gran carcajada y me dijo, no te preocupes por eso, realmente me sentiría honrado de que tú y yo quedáramos embarazadas, nos abrazamos por un rato y nos quedamos dormidos, dormidos, yo me quedé profundamente dormida como en muchos años no había pasado, cuando me desperté, Mariela ya no estaba, me duché otra vez, me vestí y me fui a la alberca, donde todos me dijeron, Vaya hasta que despertó la reina, estaban el desayuno casi comida, habían pasado 3 horas, la busqué por todas partes, pero ya no estaba, me dijeron que habían ido a buscar algunas cosas para comer y algunas artesanías que querían ver, nosotros desayunamos y estábamos apresurados porque teníamos que hacer los preparativos para la cena de fin de año, entonces nos tuvimos que ir sin despedirnos y prometer que nos veríamos antes o después del festejo de año nuevo, me dijeron que tenía una apariencia extraña, que me veía más contenta de lo normal, que si todo está bien, yo sólo les exclamé; Sí claro Mariela es súper chido y me la pasé muy bien en su compañía, ellos me decían parecían dos lesbianas enamoradas, nunca nos imaginamos que te podía querer también una mujer, yo exclamaba que no tenía amigas porque regularmente son muy celosas y regularmente son muy envidiosas y siempre terminan inventándote algún chisme o cuestionándote sobre esto y aquello y que con Mariela la verdad la parte sexual era tan abierta que me sentí muy cómoda conmigo, mi amigo decía que su familia acababa de mandarle un mensaje que tenían que regresar a la Ciudad de México las chicas y que no se pueden quedar, más bien Mariela y otras dos de sus compañeras tenían que regresar, porque tenían un problema con el departamento que habían rentado y parece que se les había inundado, me entristeció mucho la idea de no poder volver a verla y despedirme cómo se debía. Pasaron las horas y la verdad me concentré en la cena junto con mis amigos, después del brindis y de estar tomándonos fotos para el recuerdo y de ver la bahía llena de luces artificiales, el momento era espléndido, era totalmente feliz, plena, con una experiencia que jamás me hubiera imaginado que tendría en esas fechas, el recuerdo de Mariela sigue, no he sabido nada de ella y la verdad tampoco me he preocupado por preguntar porque mi amigo tampoco me ha dicho más allá de eso y no quiero ser impertinente, a veces pienso que habrá sucedido, qué habría sucedido si ella se hubiera embarazado, a lo mejor el año que viniera ella tendría un bebé o a lo mejor solamente el recuerdo de una bonita experiencia. Hoy estamos casi a finales de mayo y estoy relatando todo esto porque apenas recibí noticias de Mariela, ella está ahora en Grecia y dijo que se la había pasado muy bonito con todos nosotros según les dijo a la familia de mi amigo, que tenía muchas memorias mías y que espera que en alguna de sus visitas nos volvamos a encontrar, me agradó mucho saber de ella, aunque no entendí por qué no pidió alguna manera de mantener el contacto, vivo muy hermoso recuerdo de esa preciosa mujer con cabellos dorados, con la que puede compartir un momento tan cachondo, tan delicioso, como nunca lo hubiera pensado, ver el cosmos en sus ojos y el saborear cada uno de sus rincones sin sentir que era una mujer, sentirla como un ser humano con quién estaba compartiendo todo mi ser, no para sentirme enamorada, pero sin duda muy extasiada y complacida de ese momento, quería compartirles esta experiencia tan única y tan candente qué podría quedar en el olvido, pero quise perpetuarla en cada uno de ustedes, para que la memoria quedé en honor de dos seres humanos que se encontraron y compartieron un momento en su vida excepcional.